Entre las firmas destacan: Peter Lewis, Enrique Bustamante, Rosa Franquet, Caroline Mitchell, Manuel Chaparro, Jean-Jaques Cheval, Manuel Angel Vázquez Medel, Amparo Moreno Ángel García Castillejo, Josep Lluís Gómez Mompart, Carmen Peñafiel, Eloisa Nos, Luís Albornoz, Aurora Labio y Víctor Mari Sáez
Expertos nacionales e internacionales del sector de la información y comunicación de las Universidades de Málaga, Sevilla, Cádiz, Complutense y Carlos III de Madrid, Autónoma de Barcelona, País Vasco y Mondragón, Valencia, Jaume I de Castellón, Salamanca, Université Bordeaux-Montaigne (Francia) y London Metropolitan University (Reino Unido), entre otras instituciones, analizan la realidad de los medios de proximidad en el reciente libro que acaba de publicar IMEDEA y el Laboratorio de Comunicación y Cultura COMandalucía. Esta edición está incluida en el Proyecto CSO2011-29195 financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad, correspondiente al Plan Nacional I+D+i.
“Políticas de comunicación”, “medios de proximidad”, “medios comunitarios y asociativos” e “indicadores sociales” son los nombres de los cuatro ejes que desgranan desde una óptica local el sector audiovisual señalando sus déficits, éxitos y retos pendientes, para concluir con una propuesta, a partir del diseño de indicadores mediáticos de responsabilidad de transparencia y la reivindicación de nuevas políticas de consenso.
La debilidad de estas políticas públicas de comunicación, y la forma interesada o servil con que se han aplicado, ha tenido como consecuencias: primar a los medios del segundo sector y la falta de consenso con la ciudadanía, sus redes y los movimientos y profesionales que trabajan por la democratización del sector. Esto implica que los medios del tercer sector han sido silenciados e invisibilizados. A pesar de estar reconocidos por la Ley General de la Comunicación Audiovisual de 2010, nunca se reglamentó para reservarles espectro radioeléctrico, lo que limita la pluralidad y, por tanto, la democracia.
Además, esta ausencia de planificación pública en comunicación ha desprendido a los medios privados comerciales del criterio de servicio público, de forma que son los medios públicos locales y los asociativos los que se han convertido, en muchos casos, en garantes de este servicio, canalizadores de la participación ciudadana y, al mismo tiempo, contribuyen a la construcción de territorio, identidad y ciudadanía. No obstante, en este libro se analizan también, además de las fortalezas, las debilidades de los medios del primer y tercer sector, haciendo propuestas de mejora de su incidencia social.
Esta realidad española, extensible a Europa, de apuesta por la privatización de dominio público y la desregulación, contrasta con el análisis de las políticas públicas, que se hacen en el libro, sobre las novedosas leyes que se están poniendo en marcha en América Latina, cuyos valientes planteamientos están suponiendo la redistribución del espacio radioeléctrico para impedir posiciones dominantes y, al mismo tiempo, la potenciación de los medios ciudadanos.
A la falta de voluntad política para proponer leyes democratizadoras en comunicación y velar por su cumplimiento, se une la necesidad de una autoridad audiovisual independiente. Esta es otra de las carencias que se analizan en este texto. Las autoridades audiovisuales se entienden como herramientas para medir la permeabilidad de intereses entre el sector económico y el político, entre los medios y el gobierno, y para garantizar la calidad de los contenidos. Las recomendaciones europeas en este sentido han sido incumplidas sistemáticamente por todos los gobiernos españoles, siendo Cataluña y Andalucía las únicas regiones españolas con Consejo Audiovisual, no exentas de limitaciones.
Todas estas realidades convergen en la necesidad de medir, a través de indicadores, la incidencia social de los medios, como responsables de la construcción de imaginarios y correa de transmisión de hábitos y comportamientos. La economía ha logrado convertir sus indicadores en un mantra que todo el mundo repite para describir la realidad, casi sin lugar a discusión. En el ámbito de las ciencias sociales se está caminando en buena dirección. En este libro, se da una muestra de la preocupación en las ciencias sociales no sólo por radiografiar la realidad, o cuestionarla, sino por construir herramientas objetivas que nos permitan medir el funcionamiento de los medios y sus efectos desde parámetros éticos. Un apartado de este libro muestra el camino recorrido y un modelo práctico elaborado por el Laboratorio de Comunicación y Cultura COMandalucía, que ha suscitado el interés de grupos de investigación, universidades y otras instituciones de España, Europa y América Latina.
Estos aspectos, entre otros, son tratados en este libro recién editado que pretende generar reflexión y debate sobre aspectos que son fundamentales para la sociedad, ya que la calidad de sus medios es la calidad de su democracia.