Que la desinformación está a la orden del día es una verdad empírica. Que haya mecanismos para combatirla, resulta ya menos evidente. Y no porque no se esté poniendo empeño en ello. Ya en 2018, y antes de que irrumpiera el coronavirus en un ecosistema digital bastante “dañado” en términos de veracidad, la Unión Europea puso en marcha el Plan de acción contra la Desinformación. El programa, que nace al amparo de otros iniciados en 2015, tiene como objetivo “contrarrestar cualquier campaña de posverdad, también denominada desinformación (Fake news), que pueda producirse tanto dentro como fuera de Europa”. Continúa leyendo en El Salto Diario…